Si en Colombia llueve, en el Ideam no escampa. Justo cuando más se necesitan sus insumos técnicos, la entidad atraviesa por una tormenta interna alrededor de su actual directora, Yolanda González.

El Gobierno Petro había prestado poca atención a las alertas tempranas de inestabilidad interna, a pesar de la prevalencia en su discurso de la ola invernal y su insistencia en que el ordenamiento del territorio se hará alrededor del agua. Pero una decisión reciente que implicaría su salida indica que esto está empezando a cambiar.

El instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales —Ideam— es una institución técnica del sector ambiental que no suele tener protagonismo mediático, pero que cumple roles claves para ayudar a evitar catástrofes naturales, como emitir alertas de crecimiento de los ríos y posibles deslizamientos.

Esas alertas se vuelven especialmente críticas en temporadas climáticas como la que actualmente atraviesa el país por cuenta de un prolongado fenómeno de “La Niña” que viene desde septiembre del 2020, y que este año ha dejado un saldo mortal que no se veía en un lustro: 216 fallecidos con corte al 29 de noviembre. 

El 7 de septiembre, cerca de 120 funcionarios de la entidad le enviaron un oficio al presidente Petro. En el documento, los funcionarios le piden al presidente considerar un cambio en la dirección del Ideam, hoy a cargo de Yolanda González.

Denuncian que la herramienta Dhime, una plataforma clave para medir, entre otros, niveles de ríos y generar alertas —y por cuya creación la entidad recibió un premio de buen desempeño institucional de alta gerencia en julio de este año — no funciona correctamente. Afirman que "no está capturando la totalidad de los datos de la red hidrometeorológica". 

Esta carta, que también fue remitida a la ministra de Ambiente, Susana Muhammad, todavía no ha tenido una respuesta formal. No es la única que enviaron.

Otro documento anónimo fue entregado a la ministra de Ambiente y al Contralor General, Carlos Hernán Rodríguez, el pasado 15 de noviembre. Este acusa que no hay procesos de selección para funcionarios de provisionalidad y contratistas. También dice que, desde 2021, la directora hace convocatorias del “banco de hojas de vida”, para pagar favores y cuotas del anterior ministro Carlos Correa, aunque no dan pruebas de esto.

Lo que la Silla encontró después de hablar con varios funcionarios actuales y otros que ya abandonaron la entidad, es que se han perdido capacidades técnicas. En algunas oficinas esto viene sucediendo desde hace unos dos años, lo que ha conducido a una pérdida de la calidad y la frecuencia de los productos que se generan. Un caso se da en la Oficina de Alertas y Pronósticos, que se encarga de emitir las alertas para que las entidades regionales tomen medidas de evacuación y prevención.

“El equipo de trabajo era muy bueno, pero desde 2019 han venido saliendo contratistas”, dice una meteoróloga exfuncionaria que nos pidió reserva, pero que trabajó durante varios años en la entidad.

Cuenta que en 2018, el equipo de meteorólogos estaba compuesto de 13 o 15 personas. “Hoy la oficina de pronósticos no tiene meteorólogos contratistas, sólo funcionarios de planta, que son 4 o 5 que tienen que hacer las labores que antes hacían otros”, dice.

En la práctica, esto se traduce en que no se están emitiendo con la misma frecuencia los informes que servirían para generar las alertas oportunamente, algo que han señalado algunos expertos como Alfonso Ladino, un estudiante doctoral en Estados Unidos y excontratista de la entidad.

Ladino revisó la información emitida por la estación meteorológica de Puerto Rico, Risaralda, donde se presentó el deslizamiento que dejó 34 fallecidos a comienzos de diciembre, y encontró que esa estación no reportaba datos de precipitación de lluvias desde hacía más de 1 año. Aunque no se sabe si esos datos no aparecieron porque la estación no está recogiendo esa información o porque la plataforma de internet está desactualizada. 

Revisando las condiciones meteorológicas previas a la tragedia de Risaralda me encontré lo siguiente. La Oficina de Alertas y Pronósticos (OSPA) de @IDEAMColombia emite un informe técnico diario a las 12:15 HLC donde se consignan las alertas vigentes para el país. 1/n pic.twitter.com/l62cuylCZO

La Silla Vacía corroboró en el sistema de contratación pública estatal —SECOP— que en 2018 la Oficina de Alertas y Pronósticos firmó 26 contratos de prestación de servicios. En 2022 sólo aparecen registrados en la página 13 contratos, la mitad de los que había en 2018. Esto indica que la oficina está operando hoy con menos personas que las que tenía hace cuatro años.

Pero más allá de los informes sobre alertas, el Ideam tiene la capacidad de generar imágenes satelitales que podrían haber ayudado a entender que, por ejemplo, en Risaralda se iban a presentar niveles de lluvias anormales. Durante el gobierno Duque se hicieron inversiones para comprar cuatro radares meteorológicos de gran potencia. Pero para uno de los funcionarios de la entidad, estas compras no se han traducido en mejor información:

“Usted puede tener un Ferrari, pero si no lo sabe manejar no le sirve para nada. Eso es lo que está pasando con estas herramientas técnicas. Compraron radares y estaciones, pero no hay recursos para hacerles mantenimiento, entonces esas inversiones se quedan en saludos a la bandera”, dice.

La salida de funcionarios también ha representado una sobrecarga laboral para los empleados de la oficina de Pronósticos y Daños, la encargada de emitir las alertas para que las entidades regionales tomen medidas de evacuación y prevención.

Uno de ellos, que nos pidió reserva, dice: “Como hay poca gente, la frecuencia de los turnos aumentó en una oficina que trabaja 24 horas para emitir reportes permanentes. En un turno normal hay que escribir 4 o 5 informes basados en la información metereológica, pero en excepciones climáticas, como las que hemos tenido en los últimos meses, toca escribir hasta 10 informes”, dice.

Con menos manos para hacer más informes, los funcionarios perciben que otras instituciones del sector ambiental han empezado a reemplazar algunas de sus funciones, y, por ejemplo, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo ahora está sacando documentos que incluyen pronósticos hidrológicos que eran competencia del Ideam.

Y más allá de la salida de técnicos de algunas áreas, otro frente de inconformismo es el mantenimiento de productos claves del Ideam como la red hidrometereológica.

Esta red funciona a través de 11 áreas operativas que organizan la información que se genera en cada una de las 2.741 estaciones ubicadas en todo el país. Esas estaciones recogen datos de temperatura, dirección del viento, nivel de los caudales, entre otros, que sirven para producir  pronósticos diarios y monitorear zonas donde las lluvias o cambios de temperaturas pueden generar afectaciones.

A pesar de que la directora, Yolanda González, ha dicho que la operación de la red está en un 92%, funcionarios que trabajan al interior contradicen esa afirmación y dicen que la operación real está en un 35%.

“La cifra que ella da está inflada porque cuenta la operación de la red basada en las estaciones que están funcionando, pero es el dato de las visitas técnicas a las estaciones el que mide realmente la operación de la red. Anualmente tenemos que hacer 7.500 visitas, y por ahora sólo hemos logrado 2.200”, dice un funcionario que trabaja en la entidad y que pidió reserva para evitar problemas con su contratación.

Esto quiere decir que, en la práctica, el Ideam actualmente sólo ha podido verificar que el 35% de las estaciones del país esté funcionando correctamente. 

Yolanda González fue elegida para encabezar la entidad por el expresidente Iván Duque en septiembre del 2018. Cercana al entonces Ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, su nombre sonó porque llegó a ser la primera mujer en dirigir esa entidad, y por tener el perfil de alguien que la conocía desde adentro, pues ya había trabajado en el Ideam durante años en la Oficina de Pronósticos y Alertas. 

Esto al márgen de otras labores más académicas que confirmaban su experticia, como su paso como docente, por cuatro años, por la maestría en meteorología de la Universidad Nacional.

Los meteorólogos en el país son un mundo pequeño donde casi todos se conocen entre sí, pues la formación en esta área, que no tiene pregrado, pasa por la maestría de meteorología de la Nacional, que ha graduado a 70 de los 80 meteorólogos que hay. Según se calcula, se necesitarían unos 500 más para cumplir las demandas de técnicos necesarios en esa área que tiene déficit justo cuando Colombia es uno de los países del mundo con mayor vulnerabilidad al cambio climático.

A pesar de la experiencia de la actual directora en el campo de la metereología, funcionarios  de la entidad dicen que están en desacuerdo con decisiones que ha tomado. Una de estas es asumir muchas funciones directamente, cuando deberían estar en cabeza de algunas de las subdirecciones.

El Ideam tiene cuatro subdirecciones: de Hidrología, Meteorología, de Estudios Ambientales y de Ecosistemas. Al lado de estas hay dos oficinas que cumplen labores de datos: la Oficina de Pronósticos y Alertas y la de Informática.

Pero el 18 de noviembre, como muestra esta resolución, la subdirección de meteorología (que quedó vacante luego de que le pidiera la renuncia a Hugo Armando Saavedra) fue asumida por la misma Yolanda González, quien venía también de asumir temporalmente la dirección de la Oficina de Alertas y Pronósticos.

Con esto, la directora ha pasado a manejar directamente una de las cuatro subdirecciones, lo que a algunos les ha dado la sensación de que quiere abarcar todas las funciones:

“Si fuera por ella manejaría toda la entidad. No sólo se nombró subdirectora de Meteorología, sino que también hizo turnos de la noche de la oficina de Pronósticos y Alertas. Lo que hubo en esta administración fue una concentración del poder en ella”, dice un funcionario actual de una de las direcciones afectadas.

Otra persona que conoció a Yolanda González cuando ella era una funcionaria, dice sobre su perfil: “Ella nunca tuvo un cargo de dirección y coordinación. No tenía experiencia administrativa, y por ello la sensación que queda es que, a pesar que conoce los temas de metereología, su dirección no fue tan hábil en hacer la gestión necesaria para mejorar la operación de la entidad”, dice.

La Silla contactó a la directora del Ideam para pedirle que respondiera por estos cuestionamientos, pero al momento de publicar esta nota no ha dado alguna respuesta.

En cambio, La Silla pudo confirmar con algunas fuentes que en el ministerio de Ambiente no están contentos con González, y pudo saber, de hecho, que la semana pasada González presentó formalmente su renuncia al IDEAM a la ministra Muhammad. Su salida se haría efectiva a partir del 2 de enero, como muestra esta carta que no se había hecho pública.

Aunque no se conoce todavía quién entraría en su reemplazo, su salida sería el comienzo de un cambio de dirección en un instituto técnico que adolece de recursos y donde los funcionarios  sienten que han perdido relevancia en el monitoreo de las aguas. Síntoma de esto es que en el documento de bases del Plan Nacional de Desarrollo, que dice centrará el ordenamiento territorial en torno al agua, no aparece el nombre del Ideam ni siquiera mencionado una sola vez.

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